Hay ejercicios realmente poderosos que ayudan a darse cuenta de muchas cosas. No han de ser necesariamente complejos, al contrario: mientras más simples, mejor. Hoy te propongo que me sigas en uno de ellos, que si lo llevas a cabo tal y como te describo, tal vez me lo agradezcas con el alma. Consiste en diferenciar lo importante de lo urgente. Encontrar la importancia de lo importante. Ya que corremos durante todo el día, ya que no tenemos nunca tiempo para nada, me parece muy interesante. Creo que te merecerá la pena.

Personalmente lo realicé hace unos meses y ahora veo las cosas de manera diferente. Se trata de un ejercicio recurrente en coaching, y considero que su efecto tiene una fuerza impresionante.

Vamos allá. Te aconsejo que lo ejecutes paso a paso, es decir, que no leas el punto siguiente sin haber completado el anterior. Si no lo haces así, no funcionará.

Vale, empecemos. Consta de 8 pasos, si bien en algunos de ellos sólo tendrás que leer:

1. Busca papel y bolígrafo. Lo siento, hay que escribir. No te preocupes, no es mucho, unas pocas líneas. Es necesario.

2. Elabora una lista con las cosas que quieres hacer, tus objetivos personales, tus metas. El plazo para completarlos es indiferente, aunque un año es suficiente. Este paso es el más importante, tómate el tiempo que necesites.

3. Imagina que una mañana, al levantarte, decides ir al médico. Notas que algo va mal. Desayunas, te vistes, y te marchas de casa. Dando un paseo, llegas a la consulta del doctor. Al cabo de media hora, un señor con bata blanca dice tu nombre en voz alta desde su despacho, dando su permiso para entrar. Entras. Saludas educadamente y le cuentas desde la silla que crees que algo va mal. El médico te invita a ponerte de pie y realiza algunas comprobaciones. Luego te tumbas en una camilla con sábana también blanca y las pruebas continúan. Al acabar, se marcha unos minutos y luego vuelve con gesto serio. Con cara de circunstancias, te explica que ha ido a consultar tu caso con algunos compañeros del centro, y lamentablemente han coincidido en que apenas te quedan seis meses de vida.

4. Revisa tu lista. Elimina, en su caso, aquellas cosas que creas que no te darán tiempo a conseguir. Tal vez te des cuenta de que hayas olvidado otras, puedes anotarlas.

5. Al cabo de una semana, vuelves al médico. Tal vez exista remedio, curas alternativas, posibilidades no contempladas de inicio. Una vez en la consulta, el doctor te dice que ha revisado tu caso y efectivamente te informa de que se ha equivocado. Resulta ser más grave: no te quedan seis meses, sino tres.

6. Revisa de nuevo tu lista. Realiza si quieres las correcciones oportunas.

7. Desesperado, decides ir a otro médico, buscar una segunda opinión. Un familiar te recomienda uno muy bueno, al que te diriges. Cuando te recibe, te saluda efusivamente y pasas a la consulta. Le cuentas lo ocurrido, le facilitas copias las pruebas que ya te han hecho, y él las estudia. Conviene contigo, dada tu preocupación, en llamarte al día siguiente por la mañana. Cuando lo hace, muy apesadumbrado te comunica que los resultados no dejan lugar a dudas: estás viviendo la última semana de tu vida.

8. Observa ahora tu lista. ¿Qué hay en ella que, sin demora, llevarías a cabo en tus últimos momentos?

ENHORABUENA. ESAS SON LAS COSAS IMPORTANTES EN TU VIDA. TU MOTOR. LO REALMENTE ESENCIAL PARA TI.

Si has seguido bien los pasos, habrás obtenido resultados realmente esclarecedores. En la mayoría de los casos, las frases finales que sobreviven en las listas están relacionadas con el amor, el perdón, el miedo, el afecto, el cariño…y no con cosas materiales. Al menos a mí también me ocurrió así. Si no te sucedió, no pasa nada.

Y la reflexión que te invito a hacer es la siguiente: en el ejercicio llegas a conocer cuánto tiempo te queda para resolver, para elegir, priorizar, antes de morir. Has tenido suerte, porque en realidad…¿Sabes acaso cuándo ocurrirá? ¿Conoces la fecha exacta? Y no sólo debes centrarte en ti…

Puede que sea algo duro, pero a veces las personas sólo reaccionamos en situaciones parecidas, al límite. Y este ejemplo extremo lo es.

Así pues, OLVIDA LO URGENTE. OTORGA IMPORTANCIA A LO REALMENTE IMPORTANTE.

Ponlo en práctica MAÑANA mismo. Y serás mucho más feliz. Hazme caso.

Abrazos, Rafa Ferrer.

Seguro que me he dejado algo en el tintero. ¿Qué crees que falta?¿Estás de acuerdo con lo expuesto? ¡Deja un comentario o jamás lo sabremos!

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